Silencios. Nicolás Zimarro
Silencios es una introspección caleidoscópica en la conciencia del autor, que se revela en una expresión poética de su interpretación del mundo. Es un diálogo íntimo con los seres inertes, esos seres sin vida que forman parte de nosotros mismos, y que es necesario mirar, sentir y pensar para conocernos mejor. Así, por ejemplo, un viejo zapato informe tirado en la esquina de una acera es algo más que cuero amorfo, es la manifestación del sin sentido de un objeto inútil. Sugiere la soledad y el abandono de quien ha perdido su pareja, aunque también nos permite imaginar las veces que fue charol en el que se miraba la luna. Una concha vacía que arriba a la playa es una tumba en el cementerio de las conchas, mas pronto se convierte en el hogar de un cangrejo solitario. Una pequeña piedra perdida en cualquier camino es ciertamente insignificante; pero, cuando la luna se refleja en su piel mojada por el rocío, se torna en una luciérnaga de plata que titila con luz trémula. Un piano abandonado en una casa deshabitada es como un ataúd guardado en un mausoleo, es la muerte que desola el cuarto de la música. Y si quisiéramos hablar con ellos, su respuesta sería el silencio. El silencio de una boca abierta en forma de puntera rota que esconde una lengua abarquillada y muda. El silencio que presagia la presencia de un cadáver. El silencio de quien perdura hundido en el barro o a golpes de puntapié. El silencio de una sonrisa de hielo, la misma que esboza el piano que muestra una dentadura perfecta e impoluta, que no es sino la mueca de una calavera.